lunes, 22 de abril de 2013

EL SEXTO: EL MEJOR DE LOS SENTIDOS

Nuestra vida es una compleja.  En estos tiempos en los que nos vemos asediados por tanta tecnología e información, nuestros sentidos se saturan en ocasiones, requiriendo espacios saludables de silencio.  Es en el silencio que mejor podemos escuchar nuestra voz interior.  Al acallar el ruido y la influencia de lo externo, abrimos las puertas a un mundo de posibilidades interminables que están directamente ligadas a nuestro poder.
 
Todas las personas tienen un sexto sentido, también conocido como la intuición.  El que más y el que menos, ha reconocido que puede sentir presencias, algunos comparten sueños premonitorios, otros reciben imágenes mentales que les dan información y así, sucesivamente, vamos descubriendo que tenemos la capacidad innata de descifrar información que llega desde la energía de todo lo que nos rodea.    Algunas personas han recibido información que les ha costado manejar y escogen “desconectar” su intuición.  Sin embargo, nosotros podemos siempre tener el pleno control de aquello que queremos y no queremos ver, oír o sentir.
 
Podemos resumir los dones de la intuición en cuatro categorías básicas: Clariaudiencia, Clarividencia, Claricogniciencia y Clarisensibilidad.   La Clariaudiencia es el don que nos permite escuchar información.  Algunas personas pueden escuchar claramente instrucciones o datos que les ofrecen protección y guía.  La Clariaudiencia era el don que tenía Juana de Arco.  Otras personas comparten el don de la Clarividencia.  Estas personas pueden percibir presencias, ya sea con sus ojos físicos o con su ojo “mental” pues reciben la imagen en su mente directamente.  También ligado al don de la Clarividencia están los sueños premonitorios.   Un ejemplo de este don se observa en la película “The Sixth Sense”  protagonizada por Bruce Willis en la que el niño podía ver personas muertas.
El don de la Clarisensibilidad tiene que ver con la información que se recibe a través del órgano de la piel.  Aquí podemos identificar cambios repentinos en temperatura, las llamadas “mariposas en el estómago” que nos avisan cuando una energía es afin o totalmente opuesta a la nuestra y también recibimos información sobre nuestro propio cuerpo y sus necesidades.   Es posible reconocer una condición de salud antes de visitar a un médico gracias a que estamos abiertos a escuchar y descifrar la información que nos transmite el cuerpo.  Finalmente, la Claricogniciencia es el don de rescatar y descifrar ideas que llegan a nuestra mente y se convierten en proyectos, música, inventos científicos y obras de arte, entre otros.  Entre los seres reconocidos por tener este don podemos destacar a Einstein, Mozart y Beethoven.
El desarrollo de los dones del Espíritu está documentado en casi todas las filosofías.  En la Biblia, se resume en 1ra de Corintios 12.  Fuimos dotados con un decodificador del lenguaje del Universo o de lo Divino, como prefieras llamarle.  Nuestra función es solo abrirnos a recibir, confiar en que sabremos cómo actuar con la información que recibimos y sentirnos poderosos, no raros, extraños o castigados, por tomar la decisión de desarrollar el poder de nuestra intuición.  Acepta tu poder y úsalo con sabiduría.  ¡¿Qué hubiese sido de nosotros si los grandes genios del Mundo hubiesen decidido no brillar?!!!  Bendiciones de poder para ti.