domingo, 30 de agosto de 2015

MIEDO y SEQUIA vs. AMOR y ABUNDANCIA

Bueno, gracias a el paso de los fenómenos Danny y Erika que no lograron nivelar nuestros abastecimientos de agua al máximo de su capacidad, me place reconocer que los estados de escasez y sequia no son cosa del calentamiento Global. Estos estados son la respuesta del Universo a los pensamientos que enviamos diariamente. Durante el curso de una semana, nuestra conciencia colectiva puertorriqueña logró desmantelar un huracán categoría 3 a una mera perturbación tropical y una tormenta tropical que dejó inundaciones en Dominica, apenas nos rozó. Queremos lluvias, pero no las queremos y esta dicotomía mental no permite resultados contundentes que podamos ver.  Si estamos conscientes de que hay una Ley Mental que estipula que todo es Mente y por consiguiente, la Mente Universal responde a las vibraciones de nuestra propia mente, cuando la vibración primordial es el miedo, los resultados que deseamos se llenan de esa vibración y por ende no se manifiestan. ¿Queremos o no queremos abundancia? ¿Podemos manejar los retos de un fuerte “azote” para equilibrar? Bueno, en nuestras vidas individuales lo hemos hecho muchas veces y en tantas otras, lo hemos hecho a nivel colectivo, sin embargo, hemos olvidado esa historia de poder. ¿Cómo podemos mantener nuestro empoderamiento a nivel colectivo continuamente?  

Muchas personas estarán felices porque quienes viven en el miedo prefieren morir de sed a cambiar sus pensamientos para unificarse en poder y bien colectivamente, por lo tanto sabotean inconscientemente los cambios. Prefieren caminar sus respectivos desiertos para encontrar agua y si no hay agua, toman cerveza o lo primero que aparezca y resuelven como puedan. Otros seguirán en el mantra boricua de culpar al gobierno, al calentamiento global, a las nubes, en fin, a lo primero que se les ocurra con tal de no asumir responsabilidad por nada pues esto conllevaría un tipo de empoderamiento que ellos no están dispuestos a aceptar. Por otro lado, existe un grupo poderoso de personas que continúa afirmando que al vernos responsables desde nuestra inmediatez individual y de nuestras circunstancias, podemos hacer cambios colectivos trascendentales desde nuestro poder interior. 

Al comenzar a buscar una razón energética, en vez de lógica, para los estados de escasez que experimenta nuestro país, en cuanto a la sequía, la referencia más cercana que encontré fue el relato del profeta Elías en 1era de Reyes 18 en la Biblia, edición Reina Valera. Resulta que en aquellos tiempos hubo una gran sequía que duró tres años y que conste, nada tenía que ver con el calentamiento Global. El profeta Elías recibe instrucciones de orar por lluvia, no sin antes poner a prueba a los profetas de Baal y sus seguidores, quienes habían decidido dejar a Jehová de un lado por seguir a un dios pagano. En nuestros tiempos también hay “dioses ajenos”, entiéndase, energías externas a las que le hemos puesto toda nuestra fe para que provea nuestras necesidades y la primordial ha sido el dinero.  He aquí la conexión directa entre los retos financieros colectivos que experimentamos y la sequía.

Aclaro antes que todo, que no hay nada malo con el dinero. A mi entender es sustancia Divina y como todo lo que existe en este planeta viene de la misma Fuente de abundante provisión de donde viene la lluvia. El reto llega cuando nos olvidamos de la Fuente y le rendimos “culto” o, en términos energéticos, le ponemos toda nuestra atención al mundo material y descuidamos nuestra conexión al mundo espiritual.  Es como una versión moderna del Jardín del Edén. Nos volvemos contra lo Divino y afirmamos que podemos hacerlo solos. En cuanto a lo financiero, podemos desconectarnos porque, ya sea nuestros empleos o las ayudas externas al país tendrán la capacidad de satisfacer todas nuestras necesidades. Cuando el “dios Baal/dinero” no está, la respuesta es agresiva y de defensa, en la mayoría de los casos, porque nuestra supervivencia está siendo amenzada y ahí es que el miedo hace su agosto.

¿Cómo entonces regresamos, sin importar nuestras creencias religiosas, a la Fuente de abundancia? El camino común que conozco es el Amor y la Gratitud.  Al pensar en estas energías y convertirnos en amor y dar gracias continuas, el miedo va perdiendo fuerza. Confiamos en que el orden que sostiene la Galaxia, también nos sostiene a nosotros y confiamos en el fluir certero y en abundancia. No hay que pedir que las tormentas se vayan o pierdan fuerzas; afincados en nuestro poder interior, volamos sobre ellas mientras se reestablece el balance. El Amor nos permite unificarnos en intención. Cocrear alianzas para que las ideas divinas fluyan y aporten soluciones. En el miedo nos apedreamos, nos atacamos y nos resignamos.  En el amor nos abrazamos, nos ayudamos y entre todos logramos un gran empoderamiento colectivo.


Puerto Rico atraviesa un fuerte proceso en el despertar de nuestra conciencia colectiva, resultado de un proceso mayor a nivel planetario. Muchas personas no entienden esto o escogen no creerlo, sin embargo, la aceptación de los procesos no es tan primordial como nuestra reconexión en el amor. ¿Y por qué el Amor? El Amor es  el camino hacia la abundancia y la prosperidad. El Amor que echa fuera el temor nos recuerda que somos capaces, fuertes, sabios y poderosos.  El Amor genera empatía, solidaridad y compasión con los que aún no logran confiar en ese poder en ellos. El Amor sana relaciones, cuentas bancarias, retos profesionales, en fin, el Amor nos devuelve a la vida feliz que todos anhelamos. La práctica diaria del Amor es un reto. Comienza por nuestro Amor propio, cosa que nunca nos enseñaron en la escuela y que en ocasiones es difícil de descifrar. Algunos pasos son tan simples como alimentación adecuada, tener un “hobbie” o diversión, hacer un poco de ejercicios y alimentar nuestra mente con música, programas televisivos y lecturas sanas. Otro paso importante es encontrar una práctica espiritual que nos haga sentido y provea bienestar. Poco a poco, un día a la vez, el Amor que soy conmigo mismo, el Universo se encarga de expandirlo y regarlo, no solo por el país, sino también por el planeta. La invitación es a regresar a la Fuente y verla como Amor que fluye en nosotros mismos… En la medida que este Amor sobre abunda, entonces se vierte libremente convirtiéndose en la soñada prosperidad. Ámate y verás la lluvia llegar con una suavidad consistente hasta llenar todos los espacios… comenzando por nuestros corazones sedientos de Amor.