Nuestra vida es una
compleja. En estos tiempos en los que
nos vemos asediados por tanta tecnología e información, nuestros sentidos se
saturan en ocasiones, requiriendo espacios saludables de silencio. Es en el silencio que mejor podemos escuchar
nuestra voz interior. Al acallar el
ruido y la influencia de lo externo, abrimos las puertas a un mundo de
posibilidades interminables que están directamente ligadas a nuestro poder.
Todas las personas tienen un
sexto sentido, también conocido como la intuición. El que más y el que menos, ha reconocido que
puede sentir presencias, algunos comparten sueños premonitorios, otros reciben imágenes
mentales que les dan información y así, sucesivamente, vamos descubriendo que
tenemos la capacidad innata de descifrar información que llega desde la energía
de todo lo que nos rodea. Algunas personas han recibido información que
les ha costado manejar y escogen “desconectar” su intuición. Sin embargo, nosotros podemos siempre tener
el pleno control de aquello que queremos y no queremos ver, oír o sentir.
Podemos resumir los dones de la
intuición en cuatro categorías básicas: Clariaudiencia, Clarividencia, Claricogniciencia
y Clarisensibilidad. La Clariaudiencia es el don que nos permite
escuchar información. Algunas personas
pueden escuchar claramente instrucciones o datos que les ofrecen
protección y guía. La Clariaudiencia era
el don que tenía Juana de Arco. Otras
personas comparten el don de la Clarividencia.
Estas personas pueden percibir presencias, ya sea con sus ojos físicos o
con su ojo “mental” pues reciben la imagen en su mente directamente. También ligado al don de la Clarividencia
están los sueños premonitorios. Un
ejemplo de este don se observa en la película “The Sixth Sense” protagonizada por Bruce Willis en la que el
niño podía ver personas muertas.
El don de la Clarisensibilidad
tiene que ver con la información que se recibe a través del órgano de la
piel. Aquí podemos identificar cambios
repentinos en temperatura, las llamadas “mariposas en el estómago” que nos
avisan cuando una energía es afin o totalmente opuesta a la nuestra y también
recibimos información sobre nuestro propio cuerpo y sus necesidades. Es posible reconocer una condición de salud
antes de visitar a un médico gracias a que estamos abiertos a escuchar y
descifrar la información que nos transmite el cuerpo. Finalmente, la Claricogniciencia es el don de
rescatar y descifrar ideas que llegan a nuestra mente y se convierten en
proyectos, música, inventos científicos y obras de arte, entre otros. Entre los seres reconocidos por tener este
don podemos destacar a Einstein, Mozart y Beethoven.
El desarrollo de los dones del
Espíritu está documentado en casi todas las filosofías. En la Biblia, se resume en 1ra de Corintios
12. Fuimos dotados con un decodificador
del lenguaje del Universo o de lo Divino, como prefieras llamarle. Nuestra función es solo abrirnos a recibir,
confiar en que sabremos cómo actuar con la información que recibimos y
sentirnos poderosos, no raros, extraños o castigados, por tomar la decisión de
desarrollar el poder de nuestra intuición.
Acepta tu poder y úsalo con sabiduría.
¡¿Qué hubiese sido de nosotros si los grandes genios del Mundo hubiesen
decidido no brillar?!!! Bendiciones de
poder para ti.