lunes, 18 de febrero de 2013

¿QUÉ HARÍA EL AMOR?


Hace un tiempo vi una película muy interesante sobre la vida del autor del libro Conversaciones con Dios, el escritor Estadounidense Neale Donald Walsch.  En la película se presenta su vida previa a convertirse en un escritor de renombre internacional.  Walsch había perdido su empleo, su casa y llegó al punto de vivir con deambulantes en un parque de su ciudad.  Poco a poco, comenzó su transformación, ya que continuamente, en su soledad hablaba con Dios.   Walsch recibió el don de clariaudiencia, y al igual que Juana de Arco, comenzó a escuchar una voz.  El identificó esta voz como Dios.  Comenzó a redactar estas conversaciones hasta que sus escritos fueron publicados y este libro se convirtió en uno de los libros de mayor venta en el mundo.

 

En una de estas conversaciones, Walsch le presenta a Dios un dilema que está viviendo y la respuesta de Dios es simple: ¿Qué haría el Amor?   Ante las situaciones que enfrentamos a menudo en nuestra vida, es importante tener guías positivas para poder resolver en bien las situaciones de reto que se nos presentan.  Por lo regular, cuando las emociones tienen el control de nuestro pensamiento la pregunta es ¿Qué haría el Ego?  ¡Ahhh!!  Pues el Ego se da un banquete culpando continuamente a los demás y nunca aceptando responsabilidad propia.   Al Ego le place hacerse la víctima para que le cojan pena.  Se llena la boca con insultos, chismes y comentarios hirientes que provocan e invitan al conflicto, en vez de buscar alternativas para sanar.  En fin, el Ego se encarga de perpetuar la cultura del odio, la intolerancia y  el yo, en un intento falso de “defenderse” de una amenaza que no existe pues todo conflicto se reduce a tu situación de insatisfacción contigo mismo.

 

Es por esto que para resolver cualquier situación desde el Amor, primero tenemos que serlo.  Ser amorosos y generosos con nuestros cuerpos y la forma en que lo cuidamos; con nuestros pensamientos y la forma en que expresamos aprecio hacia nosotros mismos.  Es vital ser amorosos en nuestra relación propia para entonces poder extender la cortesía del amor a los demás abriendo una puerta, cediendo el paso, escuchando y respondiendo en vez de reaccionar y buscando siempre hacer el bien a otros antes que buscar nuestro propio bienestar.   “¿Qué haría el Amor?”   Esta es una buena pregunta guía para contestar cualquier dilema, afrenta, conflicto y reto con los que a diario debemos vivir.  “¿Qué haría el Amor?”  es la pregunta que nos invita a frenar el impulso y tomar una respiración profunda para llevar las emociones al auto control.  “¿Qué haría el Amor?” es una buena frase para pegar en la nevera, ponerla en la pantalla de la computadora o escribirla en una tarjetita para iniciar una conversación sanadora con un ser amado.  “¿Qué haría el Amor?”  no es otra cosa que la versión humana de la pregunta: ¿Qué haría Dios?   La invitación es a responder desde el Amor para generar bienestar total en nuestras vidas, no importando el reto que se nos presente.  Verás cuanto amor recibirás inmediatamente de vuelta.  Bendiciones y Paz.

domingo, 3 de febrero de 2013

DIOS MAGICO



Las nuevas Eras son, ciertamente, como una impresionante aventura.  Algo así como Cristóbal Colón lanzándose hacia lo desconocido.  Ante la incertidumbre de transitar hacia un rumbo incierto, pero claramente abierto ante nuestros pies, tener un gurú, como Colón tenía un astrolabio para buscar su luz en medio de las estrellas, es recomendable.  Los Musulmanes usaban el astrolabio para guiarse hacia la Meca.  Tal vez, si los vendieran ahora en alguna mega/tienda con algún aditamento tecnológico añadido que nos llevara siempre por el camino correcto hacia la meta deseada, sería más fácil abrirse el paso en este mar desconocido llamado vida.  A falta de astrolabio,  benditos sean los gurus del mundo. 

Uno de mis gurus, he sido bendecida con la amistad de varios sabios en mi camino, me compartió recientemente su teoría del “Dios Mágico”.   De primera intención, me reí a carcajadas, y aclaro que para nada le estuvo malo.  Mi gurú vive convencido de que no hay tal dios, por lo tanto, su Dios es más “Lógico que Mágico”.  Según él, todo tiene una explicación lógica; si te dedicas a  buscarla, la encuentras.  Sin embargo, una de las nuevas ERAticas  modalidades personales que he asumido con la llegada de la Era Acuariana es la de no tomar nada por sentado.  Siendo así, no me quedó otra que comenzar a cuestionarme para ver si mi Dios era mágico o no. 

Otro interesante reto fue cuando otro gurú me invitó a revisar mis fundamentos.  Descubrí que requiere gran valentía cuestionar mis fundamentos, sea lo que estos sean.  Fundamentos….  Palabra que ciertamente se vuelve dilema si luego de creer ciegamente en un solo Dios decides que no debería haber tal cosa como la pluralidad de la existencia. ¿Cuántos fundamentos realmente se necesitan?   Se suponía que Dios, bien absoluto, fuese el único fundamento y que su existencia no fuese necesariamente objeto de discusión.  Eso es solo hasta que aparece el gurú del Dios Mágico y se junta en mi cabeza con el gurú ateo que dice que cuestionarse los fundamentos es saludable y es algo que debe hacerse continuamente. El gurú ateo está convencido de que no hay un Dios, pero continuamente lo está nombrando.  Casi me atrevería a apostar a que lo nombra todos los días; por lo regular para tomar su nombre en vano, pero lo nombra.   Igualmente, imagino una Divinidad inofensible y agradecida de que su hijo favorito le nombre cada día.  

Al final de la jornada, mi única convicción, aprendida de todos estos amados gurús que pululan por mis días, es que amarlo todo da un poco de trabajo.  Mirar con objetividad todos los seres, sus pensamientos y ser abiertos a amar a todos tal y como son, requiere dedicación y amorosa atención.  Y…. ¿vale la pena?  Absolutamente.  Cada ser que comparte tu vida representa una parte de ti: la luz, la oscuridad, la belleza, la duda, la fuerza, el miedo.   Todo lo que está en nuestra experiencia es creado por nosotros para ser mirado, cuestionado, admirado o desechado.   Lo que funciona se queda, lo que no, se deja a un lado.  El mejor astrolabio es el Amor y su norte es siempre la Felicidad.  Simplemente, confía y déjate guiar…… ¡Bendiciones y buen viaje!!!