lunes, 21 de enero de 2013

HOY LLORÉ


Hoy me dí permiso para llorar.  Ahora me doy el permiso para contarlo….. 

Hoy me desperté con tanto malestar que tuve que irme a caminar.   En el nuevo paradigma de la vida feliz, estos días ya no son bien recibidos.  No hay porque que estar tristes, ansiosos o angustiados cuando vivimos en la certeza del continuo bien.  Sin embargo, el cuerpo, a veces, aún tiene dificultad en su proceso de alcanzar mi mente y espíritu.  Bueno, pues, me lo llevo a caminar para que acelere el paso hacia el bienestar.

Aún con el bello día y el paisaje majestuoso del Río Grande de Loíza adornando mi vereda de ejercicios, quería llorar.  ¡Que pelea conmigo misma!  ¡Que obsesión ridícula con la idea de que las lágrimas son una muestra de debilidad!  Aquí yo, la EGO amazona que no da el brazo a torcer, decide que echarse a llorar en público está más que bueno, para variar.  Realmente, nadie me veía, pero es beneficioso conversar con lo Divino en voz alta para que si ha estado ocupado, pues, suelte lo que esté haciendo y nos preste atención.  ¡Ah, y se hizo la Luz!!!!!!

Luego de mi rica terapia de llanto y camino me senté en mi balcón a escuchar la brisa y al bebé de mi vecina, llorando a grito limpio.   Esa fue la luz….. 

La luz fue realizar que cuando nacemos lloramos todos, todos, todos los días y a nadie le parece extraño.  Lloramos a pulmón abierto, grito limpio y no nos importa un bledo quien nos oiga.  Lloramos a pañal “quitao’” (aún no tenemos calzones) y por lo regular, siempre recibimos lo que queremos y terminamos sintiendo bienestar.   Me comentó el sabio de Rincón que cuando lloramos es que, efectivamente, estamos naciendo de nuevo.  Yo le añado, que como hemos aprendido a comer solos y a immacularnos por cuenta propia, nuestro llanto de adultos es para llamar la atención de nuestro Padre/Madre Divino cuando por alguna ilusión incorrecta, nos sentimos solos.  Los bebés piden atención y nosotros crecemos y nos olvidamos de que es lindo que nos atiendan y en muchas ocasiones, no nos atrevemos a pedirlo o tal vez lo hacemos  y las personas nos ignoran porque no entienden lo que les estamos pidiendo.   De vez en cuando, a todos nos gusta que nos hagan gracias, que nos mimen, que nos acurruquen en el pecho de alguien y nos canten una nana. Hemos crecido, pero aún es bello sentirnos amados.  Y cuando no lo recibimos, lloramos y siempre luego de llorar, alguna caricia para el alma se susurra en nuestro entorno y la vida vuelve a su cauce de felicidad.

Llorar es justo y necesario.  Es bueno hacerlo a menudo, en vez de hacernos los más fuertes y pensar que somos menos  porque nos damos permiso para llorar.  La invitación es a soltar y sentirnos libres para llorar de nuevo como niños, a grito limpio si es necesario.  Es rico llorar aceptando que solo nosotros somos responsables de ese llanto porque ningún bebé culpa a sus padres ni a nadie porque llora.  Solo hace lo que por instinto sabe hacer y se comunica hasta que recibe su respuesta y luego dice con una sonrisa sencilla: “GRACIAS POR EL AMOR QUE ME DAS”.   Bendiciones de Paz y Bien.   

miércoles, 2 de enero de 2013

CO CREANDO A LO DIVINO


Había una vez un sabio llamado Carlos Soto.  Yo había estado pidiendo un maestro que me guiara en mi camino espiritual.   Por supuesto, siempre esperamos al sabio de las barbas blancas con la mirada profunda y las palabras pausadas.  Bueno, a mi oficina entró este “chamaco”  apenas en sus cuarenta, con mucha juventud en su energía y una gorrita de pelota que lo hacía lucir como el muñequito de los mantecados “Payco”.   Escuché el familiar susurro de mis guías cuando me dijeron al oído: “Ahí tienes tu Maestro”. 

Me les reí en su energía porque nunca veo sus caras, solo oigo sus voces.  “¿Ese nene es mi Maestro??  ¡Siiiii, claro!!”, les respondí con el tonito sarcástico y todo.  Me le quedé mirando a ese hombre y empecé a hacerle preguntas hasta que comencé a verle el “brillito”.   Ciertamente, era un maestro.  Maestro Carlos Soto hizo el Feng Shui de mi Palacio de la Paz, reubicó el cuarto de Alegría para que pudiese al fin dormir sin dificultad y me enseño el arte del Decreto.  Todos los años, el Maestro reunía en su casa a un grupo de sus amistades para hacer un ritual de “decretar” el año.  La última vez que nos comunicamos me dijo que estaba en China cumpliendo uno de sus decretos y que me contaría a su regreso… pero nunca regresó.  Mi Maestro murió en el trayecto de vuelta a casa con su más grande sueño cumplido. 

Tenemos el poder de crear la vida que queremos.  Yo aprendí de mi maestro y lo vivo a cada momento.  Mi hija ya aprendió y también decreta y manifiesta sus sueños.  Al decretar, estamos creando un mapa mental de nuestros deseos en el campo fértil de la intencionalidad.  Una vez superamos nuestros temores y nos deshacemos de las ideas que nos sabotean el éxito, esa idea/energía comienza a expandirse, porque es la Ley Universal.  Otra forma de verlo es que la respuesta a todas nuestras oraciones es SI.  Lo importante es abrir la oración/pensamiento a recibir lo que soñamos o algo mejor y soltar nuestras expectativas.   No somos responsables de cómo se manifiestan nuestros sueños.  Somos responsables de crearlos, creerlos y soltar para que giren y expandan.  Es la energía del Vórtice en su natural manifestación y todo llegará en su momento perfecto, si es nuestro mayor bien.

Tu mente crea tu experiencia de vida.  Todo lo que estás viendo frente a ti es el resultado de tus pensamientos, tanto conscientes como inconscientes.   Desarrollando tu capacidad de co crear en conjunto con la Divinidad, puedes hacer manifiesta una vida maravillosa para ti e incluso para otros.  La agenda es de servicio y nuestro mayor bien siempre redunda en bienestar para otros.  Los sueños egoístas, marcados por la envidia o creados para hacer daño, pueden manifestarse, pero no duran mucho.  Todo lo creado desde la plataforma del amor es verdaderamente eterno.

Si en años pasados has utilizado la técnica de las resoluciones de año nuevo para lograr tus metas y te ha funcionado, continúa tu práctica.  Sin embargo, si en este momento estás preparado/a  para expandir y lograr un nivel de manifestación en los tres planos, físico, mental y espiritual, entonces ha llegado el momento de decretar.  Visualiza, escribe tu sueño en tiempo presente y afirmativo y da gracias porque ya ha sido creado.  Solo resta continuar en gratitud y esperar a que se manifieste en el tiempo ideal.  Si es un sueño que requiere acción, crea un plan con pasos concretos y fechas de cumplimiento.  Esto es a lo que llamamos CO CREACION.   La alineación perfecta de la voluntad de bien de la Divinidad y nuestra voluntad de soñar y recibir todo ese bienestar que ya es nuestro por derecho de conciencia.  ¡Anda, atrévete!  Crea la vida que sueñas y apoya a otros en su camino hacia su mayor bien.   

¡Que el Nuevo Año 2013 marque el inicio de tu Nuevo Ser en absoluta conciencia de Amor, Poder y Gracia!  Todo lo demás llegará por añadidura…. ¡Bendiciones!