martes, 29 de julio de 2014

YO NO SOY PALESTINA


No, gracias, yo no soy Palestina, y por supuesto, tampoco soy Israel. Para ser solidaria con una causa, identificarme con los que han perdido su poder en una situación no me hace parte de la solución y mucho menos les envía a los que sufren la energía de poder que necesitan para levantarse.  Es por esto que escojo SER lo que evoque seriamente a lo Divino.  Desde esa plataforma, entonces me reafirmo, en que la paz que quiero en el mundo empieza por mí y desde mi centro de poder, categóricamente afirmo: YO SOY PAZ.  Respeto el derecho de cada cual a ser lo que quiera ser, sin embargo,  YO SOY  BIEN, YO SOY PAZ, YO SOY AMOR y si quiero ver todo esto manifestado en mi entorno físico, no puedo desviar mi enfoque para convertirme en otra cosa cada vez que algún conflicto en el planeta requiera de mi apoyo y solidaridad.

La guerra entre Israel y Palestina ha revolcado al planeta en más de una forma y por mucho, mucho tiempo. Según cuenta la leyenda, este rompimiento entre naciones se remonta al momento en que Sara le pide a su esposo Abraham, el patriarca del pueblo israelí, que eche al desierto a la sirvienta Agar y a su hijo para que mueran.  Al fin, Sara había quedado embarazada y el hijo que tuvo Abraham con Agar (a sugerencia de la propia Sara) ahora resultaba una amenaza.  Lamentablemente, Sara no contaba con que la Divinidad está presente para todos en todo momento, y por supuesto, Agar y su hijo lograron sobrevivir. Se dice que de aquí nace el mundo árabe.  Dicho esto, sea o no cierto, la historia narra cambios dramáticos en las vidas de estas naciones a lo largo de su trayectoria y desarrollo.  Al momento, vemos recrudecida la herida entre israelíes y palestinos, que en el 2008 se había activado. Desde entonces, cientos de vidas continúan pagando el precio del conflicto.

Mientras  por un lado se nos activa la solidaridad, por otro lado se activa la violencia, la victimización, la frustración, la indignación y, con muy pocas excepciones, se activa la compasión, porque la compasión requiere que se envíe paz a ambas partes envueltas en el conflicto. ¿Qué tal si entendemos que cada misil israelí es el dolor de esta nación proyectado hacia sus vecinos?  Entonces, ¿hay que sanar a Palestina o a Israel?  ¡Ah! La divina práctica de la compasión…  Para sanar un conflicto, debemos sanar a todas las partes envueltas, no a una sola. ¿Qué podemos hacer para SER la paz en el mundo?  Miremos aquí varias opciones vistas a través de las Leyes Universales y su práctica:

Ø  Ley de Mentalismo  (establece que todo es Mente)- Nuestra mente crea nuestro entorno.  Así que nos guste o no esa verdad, esa y todas las guerras, las creamos todos nosotros.  Las palabras YO SOY son, tal vez, las palabras más poderosas del planeta y aprendí que al utilizarlas debemos hacerlo con sabiduría, ya que estas palabras activan mundos inimaginables.  La primera práctica sabia sería observar con detenimiento qué palabras ponemos justo al lado de la más poderosa afirmación del Universo: YO SOY.  Porque si escoges ser Palestina, eso está muy bien, pero estas escogiendo estar oprimido, en guerra, en dolor, en miedo y en medio de un ataque.  Si esa idea te provoca temor, pues eso es lo que le enviarás a los hermanos palestinos.  Si por el contrario, te visualizas a ti mismo/a como paz, entonces tu paz les llegará a todos.


Ø  Ley de Correspondencia (como es arriba es abajo) – Observa tu vida y mira a ver si hay paz en tus relaciones. ¿Amas a los que difieren de ti o los atacas? ¿Haces trabajo voluntario? ¿Discriminas contra personas por su nacionalidad, orientación sexual, creencias? Por correspondencia, las acciones para apoyar la paz repercuten, como repercute por los mismos medios la violencia.  Toma acción y crea la paz con alguien a quien que sabes que te ha herido, no porque merezca o no tu perdón, sino porque has comprendido que su acción negativa no es otra cosa que su dolor compartido contigo, en vez de su amor. Por correspondencia, la compasión se expandirá por el mundo.


Ø  Ley de Causa y Efecto (Karma) – Todas nuestras acciones se multiplican energéticamente y regresan a nosotros multiplicadas. Así es con las personas, e igualmente, así es con los pueblos.  Una herramienta  poderosa para sanar y limpiar karma es la práctica hawaiana del Ho’oponopono por que trasciende el momento presente y llega a sanar hasta un nivel sub consciente.  Esta poderosa, pero sencilla técnica, consiste en enfocar nuestra mente en la persona o situación que deseamos sanar y repetir las siguientes palabras:
TE PERDONO – ME PERDONO – LO SIENTO – TE AMO – GRACIAS
(Repetir cuantas veces sea necesario)

Ø  Ley de Vibración (todo es vibración) - Si enviamos vibras de miedo a algún lugar eso se recibe.  Si se envían vibras de amor, eso se recibe igual.  Cada vez que ponemos imágenes de muertos en Facebook o maldecimos a cualquier parte del conflicto, somos parte de la vibración de eso que llamamos GUERRA. Para ser PAZ, puedes utilizar técnicas de oración, bendecir a todas las partes envueltas, visualizar luz sobre toda la región, colocar una lámina de la región y un símbolo de paz sobre ella, en fin, puedes enviar vibras de paz a cualquier conflicto, y serán muy efectivas si estas amando a todas las partes envueltas, sin juicio.

¿Por qué no hay más paz en el mundo?  Podríamos decir que aún nuestros egos son la parte dominante o podríamos decir que el amor no se expresa lo suficiente. Sin embargo la pregunta más importante es la siguiente: ¿Realmente no existe la paz mundial?  En el año 2012, de los aproximados doscientos (200) países que existen en el mundo, solo dieciocho (18) estaban en guerra.  Por lo tanto, ¡SÍ SOMOS PAZ!,  y si continuamos afirmando esto con poder, tanto con palabras como acciones, muy pronto reduciremos a cero (0) los países en guerra. Para lograr esto, todos debemos afirmar la PAZ y practicarla hasta que la intolerancia y el miedo que producen las guerras desaparezcan.  Otras preguntas guía podrían ser: ¿Dónde estoy yo con mi paz?  ¿Estoy practicando el respeto y la tolerancia? ¿Practico la gratitud? ¿Por mi boca salen flores o misiles?

Finalmente, mi afirmación personal para la paz mundial es YO SOY DIOS.  Aunque esta afirmación es suficiente para activar misiles energéticos hacia mí de parte de quienes aún viven una vida desapoderada, no voy a guardar silencio ante mi verdad.  Tengo que seguir afirmando lo que quiero ver, hasta que mi pensamiento de bienestar se manifieste en todos mis asuntos y de ahí repercuta en expansión hacia el resto del planeta. Cuando claudicamos al miedo, esta verdad se convierte en la verdad de todos, si es que Dios es sinónimo de todo lo bueno, porque no podemos obviar el hecho de que se han cometido horrores en el nombre de todas las divinidades habidas y por haber.  Si no crees en Dios, tal vez creas en el bien, en el amor, en la bondad y, por supuesto, en la paz.  Si nos convertimos fielmente en todo esto, mis amados seres de luz, podremos tener la seguridad de que extinguiremos todas las guerras sin siquiera tener que llegar a ese lugar físicamente.  Nuestra mente crea nuestro mundo, sin embargo, si nos empeñamos en ser víctimas en vez de luz y poder, nos seguirán dando guerras para  practicar la paz, para ver si algún día logramos graduarnos de verdad…  

En paz conmigo y con todos; estoy en paz.





viernes, 11 de julio de 2014

MIRÁNDONOS POR DENTRO

Por fuera nos miramos casi a diario. Nos aseguramos de que la ropa esté bien puesta y nos luzca. Tratamos de que el pelo esté impecable, en caso de calva, debe estar lustrosa. Los dientes refulgentes y el maquillaje exacto. Miramos que las prendas combinen adecuadamente y por lo regular, nunca salimos sin antes echar un vistazo para verificar que no haya una mancha o un roto por algún lado de la ropa que nos pueda arruinar el día. Esta es la rutina, cada vez que vamos a salir, todos los días. ¿Y cuántas veces nos miramos por dentro?

Mirarnos por dentro es un ejercicio que no se acostumbra porque de alguna manera nos han adoctrinado de tal forma que pensamos que lo que vamos a ver no nos va a gustar. Si esta aseveración fuese falsa, entonces estaríamos mirándonos todo el tiempo. Frases como esta serían la regla y no la excepción. Quizás en vez de decir: “qué lindo tengo hoy el pelo”, diríamos, “que lindo y feliz está mi corazón.” Sería común escuchar: “hoy estoy brillando como un sol”. O tal vez, “Estoy en baja, creo que mi cuerpo necesita una pausa”. Cuando lo ponemos de esta forma, podemos decir que sí, en ocasiones nos miramos, pero no siempre decodificamos esas señales de nuestro interior y mucho menos las expresamos. Aprender cómo funciona nuestro interior mediante el estudio de los Chakras o vórtices de energía, puede ayudarnos a entender nuestra belleza y a fortalecer nuestro ser si descubrimos alguna deficiencia.

Por otro lado, la escritura es una excelente radiografía de nuestras emociones.  Al anotar en un diario, escribir poesía o simplemente pausar para identificar cómo nos sentimos, es de gran ayuda para mantener nuestro bienestar. Observarnos y hacer una nota en nuestra agenda, nos permite identificar patrones, y esa información es valiosa ya que nos alerta hacia nuestro estado anímico y nos permite hacer ajustes. Reconocer cuando algo nos está molestando consistentemente permite que lo podamos resolver. Recibir el mensaje de un dolor corporal y analizar su procedencia energética antes de adormecerlo con analgésicos es una buena práctica de poder. 

La invitación es a sacar tiempo para observar nuestro cuerpo y más importante aún, nuestros pensamientos.  El sabotaje más fuerte que nos impide la cocreación de una vida feliz, por lo regular, no viene de nuestro entorno.   El peor sabotaje viene de nuestra mente y del diálogo con un cuerpo, tanto físico como anímico, con baja auto-estima.   ¡Mírate por dentro!  ¡Mira qué lindo o linda eres!! ¡Observa la extraordinaria criatura que eres y las maravillas que puedes hacer y comparte tu belleza y logros con otros!  En momentos de retos, mirar el bien y celebrarlo, es el camino hacia un nuevo amanecer de luz y felicidad, sin mencionar que la buena vibra alargará por mucho tus días.