Escribo el título y le pregunto: “¿Por dónde
quieres que comience a narrar nuestra historia de amor? Una lágrima se desliza suave… me recuerda
todas las otras que compartimos juntos… La paz de mi ser es nuestra unidad y la
certeza de que me llevas de la mano me recuerda tu amor…
Divino Amor…
¿Por dónde empieza nuestra historia? La respuesta es silencio porque no hay
principio ni final; la eternidad no se mide así. No empezamos nunca y jamás habrá final. Sin embargo, quiero escribir de nuestros
momentos. Contémosle a todos de las
veces en que te vuelves arcoíris para mí o me cantas una canción en mi balcón
con la voz de una reinita... Permíteme
compartir las veces que me susurras ideas y consuelo al oído. Dame la oportunidad de decirles que tú y yo co
creamos universos, grandes y pequeños y que cuando tengo mucho miedo, siempre
llegas y me abrazas y me recuerdas, con un “sana curita” de luz, que todo,
todo, está perfectamente bien.
Quiero contarles de cuando te luces y me regalas espectaculares
sincronías, visiones y milagros; de cuando respondes mis oraciones al momento y
me “dices” con una risita medio burlona: “Estás en el Vortex…”. Déjame comentar de las veces que me hablas
con la voz de los que me aman; de cómo
me abrazas con los brazos de gente extraña a la que ayudo a sanar y de cómo
luego me ponen tu amor en las manos como los reyes pusieron oro, mirra e
incienso en los pies del niño…
Permíteme el privilegio de confesar que eres la musa de mis
más bellos poemas y el color azul de los ojos de mi amado que se confunden con
ese océano en el que tú y yo por siempre hemos sido UNO. Quiero que todos sepan que te amo tanto que
no temo jamás decir que yo soy tú y tú eres yo, aún cuando los que temen me
apedreen con sus miradas. Ya muchas
veces he muerto por ti y sé que felizmente moriré mil veces más hasta que al
fin, entienda por completo eso que se llama AMOR y entonces nuestra eternidad
tendrá un solo nombre: DIANIDIOS.
Gracias por nuestro romance eterno… Dame el privilegio de seguir siendo tú para
quien lo necesite, agradezco me lo permitas.
Déjame contarles, por favor, para que la nuestra sea la más bella historia
de amor: mía y de todos, y que el AMOR
se convierta en nuestra única y más feliz verdad… ¡FELIZ, FELIZ, FELIZ DIVINIDAD!!!!!