“Si tú
crees que ÉL es, podrás
experimentar… esa cercanía,
esa unidad
de propósitos con ÉL,
podrán conocer…
aquello
donde ÉL está, allí tú
también puedes estar.”
Una
vida de Jesús el Cristo:
desde sus
orígenes cósmicos hasta su segunda venida
Richard Henry Drummond
Charles Thomas Cayce
INTRODUCCIÓN
Y aconteció
que en esos días del comienzo de la Cuaresma, previo al día de la Ascensión
(antes conocido como Resurrección), el Maestro se acercó y me dijo: “¿En serio que deseas conocer los misterios del Reino y hacer las cosas
que yo hago y más grandes?
Y yo le respondí:
“En serio, mi Señor.”
Seguido añadió: “¿Y estás lista para la catimba que te
espera en el proceso?”
Y yo
respondí: “No creo, mi Señor, pero yo voy
a mí.”
Y respondió:
“Pero entiendes que lo más importante es que logres amar a todos como yo les he
amado, ¿verdad?”
Y respondí:
“No, eso no lo entiendo; por eso vengo a ti, para que tú me lo enseñes.”
Y de
inmediato añadió: “.. y sabes que vas a ver
morir tu Ego...”
SILENCIO …
más SILENCIO.
El Maestro:
“¿Diani..?”
Yo: “Espérate,
estoy respirando… Bueno, en estos seis meses he visto más muertes que jamás en
mi vida, una más qué más da. Pero, ¿si abdico mi libre albedrío y mi Ego,
puedo tener tu poder?”
Y él
respondió: “Y más. ¿Para qué quieres mi poder?”
Y respondí:
“Para ayudar a que las personas puedan despertar al suyo con poco dolor o, mejor aún,
con ninguno.”
Y el
Maestro respondió: “Eso me parece noble y meritorio, ¡Pues vamo’ arriba!”
Capítulo I
- El desierto
Me encaminé hacia la bellísima capilla de la Adoración
Perpetua para comenzar mi peregrinación simbólica de Cuaresma. En la entrada
había una imagen de Jesús cabizbajo, orando en preparación a su entrada al
desierto. Respiré hondo, me saqué el selfie
y lo subí a Facebook. Nunca sabes quién pueda inspirarse con tu ejemplo. Cuando
entré a la capilla, quedé impactada al ver los clavos de hierro gigantescos y
la corona de espinas sobre el almohadón violeta. Otra respiración: “Brega, ya
no hay vuelta atrás.” En una Cuaresma pasada, Padre Efraín me había dado un
clavo pequeñito y preguntó: “¿A quién has clavado un clavo en el
corazón?” Fue como un presagio; ahora
los clavos eran de 6” pulgadas y eran para mí… Ya en el silencio de la oración
comencé a prepararme. Intuía que sería un fuerte proceso, pero no tenía claro
cuan fuerte. Invoqué al Arcángel San Miguel para que me acompañara en la encomienda.
Días después los guías advirtieron: “Este
período marca una transición mayor para ti. Debes enraizarte lo mejor posible.”
Capítulo II – La Luz
del Mundo (via Facebook)
Y aconteció que en esos días me había conectado
con un muro de Llamas Gemelas de los países hispano parlantes. Leyendo sus
historias, recordé mi camino. Cuando comencé mi llamado, mi primer taller fue
de Almas y Llamas gemelas y seis meses más tarde encontré a quien reconocí como
mi Llama, solo para perderlo dos meses después. Durante cuatro años (lo que sería en el plano terrenal un bachillerato), viví la
experiencia de la Llama en su fase del corredor (él se alejó a los dos meses de
encontrarnos). Cada vez que viajaba de lugar en lugar, soñaba con él porqué nuestras almas estaban conectadas, aun cuando él nunca
me reconoció como su Llama. Su peregrinación por el mundo se convirtió en la
mía y gracias a él, pude conocer de primera mano el
proceso de la Llama Gemela.
Al ver el muro de Facebook, pude ver cuánto
dolor había entre las personas que anhelan profundamente una relación pareja,
pero que aún no han comprendido que la relación Llama Gemela implica que tu
primer amor es necesariamente la Divinidad; esa confusión aún permea entre
muchos. Los Guías dijeron: “Escribe” y un terror paralizante se apoderó de mí;
una cosa es hablar de Llamas en mi país dónde nadie conoce el tema y la otra es
manejarlo con toda la gente del planeta que sabe de la experiencia: “¿Qué voy
yo a decir?”, pensé. Sentía que aún cuando había ya experimentado todas las
fases de la relación Llama, incluyendo la separación y el “soltar”, yo no era
digna de hablar del tema públicamente. Somos tan buenos para sabotearnos a
nosotros mismos… el amor propio comenzó a despuntar como la lección mayor de la
Cuaresma y junto con eso, la compasión hacia el dolor de los demás. Superé mis
dudas y ofrecí mis servicios de Coaching y se formó un gran reperpero porque le
ofrecí ayuda a la gente que estaban sufriendo y eso estaba prohibido en ese
espacio; fue algo así como cuando las personas querían apedrear a Jesús porque
sanaba gente en el día de reposo. En vez de huir y regresar a mi cueva, entré
al muro, me disculpé y esa acción inspiró a un ángel español a abrir un nuevo
muro: “Misiones de Servicio para las Llamas Gemelas.” La encomienda había sido
cumplida. Seguimos.
Capítulo III – Los mercaderes
del templo
He aquí que llegaron unas personas con una muy
buena intención de compartir espiritualidad, sin embargo, eso era posible sólo
si se les pagaba buen dinero. Y por supuesto, todos debemos cobrar por nuestro
trabajo, lo que sucede es que el pan espiritual JAMÁS se le niega a alguien
porque no pueda pagarlo. Lo difícil de manejar a los mercaderes en estos
tiempos es que, a veces, son difíciles de identificar. Es necesario tener un
buen don de discernimiento espiritual porque hablan bonito y elevado, sin
embargo, en muchas ocasiones, sus acciones no parean sus discursos. Pero eso no
es nuevo tampoco; Jesús les llamó sepulcros blanqueados. Secretamente llamé al
Maestro y le dije: “Maestro, esto de amar a los mercaderes del templo está
cabrón.” El respondió: “Sí lo sé, yo les entré a azotes, pero a sus mercancías,
no a ellos, por supuesto; a ellos los amé.” Respondí: “Ganas no me faltan, pero
estas personas no necesitan más azotes. Ya ellos mismos se los han dado; tienen
escasez, enfermedades. Realmente, lo que hay detrás de sus acciones es un miedo
atroz.” “Bien has dicho,” me dijo, “aún no han comprendido que la abundancia es
de todos y que mientras más compartes, más recibes porque viven en desconocimiento
de las Leyes del Reino. Para aquéllos que trabajan para el Reino, todo les es
provisto en abundancia.” Pues yo entonces, desde la gratitud, “azoté” sus
acciones y no su carácter, resaltando las bondades que tienen para dar desde la
Luz. Su respuesta fue accionar desde una mayor comprensión y bondad. Estamos
evolucionando… Muy buenos maestros, los mercaderes del templo… Y el Maestro
cerró con un magno recordatorio: “Por tanto os digo, que el reino de Dios será
quitado de vosotros y será dado a la gente que produzca los frutos de él.”
(Mt.21:43)
Capítulo IV – La muerte
de Lázaro (Benito Massó)
Hubo en aquel tiempo un hombre bueno, noble,
inteligente que fue mi amigo y gurú por muchos años y que
siempre estuvo presto a ayudarme en mi camino. Había ya enfermado, y sabía, por
la muerte de mi Madrina tres meses antes, que el pronóstico no era bueno. Cuando
las personas no tienen abierta su intuición, les es muy difícil ver lo que
depara adelante, sin embargo, parte del camino del poder es poder “ver” con la
intuición, para entonces saber qué hacer. Muy duro a veces, como en el caso de
Madrina, donde sabía que su tiempo había llegado aún antes de su cambio físico.
Diferente a Jesús ante Lázaro, yo corrí al hospital con un deseo ferviente de
sanar a mi amigo. Sin embargo, así haya tenido yo la potestad de sanarlo o no,
la verdad es que nadie es profeta en su Tierra y la sanación es por Fe, no por
obra. Para sanar hay que creer.
Benny murió el 17 de marzo de 2017.
Capítulo V - La Transfiguración - El llamado de los ángeles
El Arcángel Gabriel, que anunció la llegada del
Mesías, no habló con María y luego se fue de vacaciones a algún resort del
Reino Angélico. Todos los Arcángeles y ángeles se comunican con nosotros, pero
de nuevo, para oírles hay que creer e invitarles a entrar en nuestras vidas. Mi
camino espiritual comenzó con el encuentro uno a uno con los ángeles. Sabía que
debía canalizarlos para ayudar a los que desean conectarse a su reino, pero aún
no saben cómo hacerlo. Tenía una resistencia feroz a canalizar en público. Sin
embargo, en el 2016 comencé a permitir que mis Guías hablasen a través de mi en
mis talleres y fui perdiendo el miedo al “apedreamiento” de aquéllos que oyen
todas las historias de Jesús y no le creen nada; en especial, que nosotros
podemos hacer lo que él hacía y más. Pues, así las cosas, los miedos comenzaron
a desvanecerse y entendí en el “desierto” que debía combinar mis dones de
canalización y lectura de cartas para ayudar a otros a discernir sus
situaciones de vida. La aventura comenzó el 1 de abril.
La Transfiguración tomó lugar. Dejé atrás a la
mujer que desea que la vean sólo como “Coach” para transformarme en una
canalizadora del poder angelical y no sabía, que lo próximo sería, la
canalización de la energía del Avatar: el Cristo mismo.
Capítulo VI – El Gólgota
– La boda de mi “Llama Gemela”
Cuando comenzó la difícil ruta del Gólgota, con
mi Llama Gemela a cuestas, sabía que me encaminaba a mi mayor transformación.
Pero este peregrinar había comenzado hacía cuatro años.
Supuestamente, cada uno de nosotros tiene una sola Llama y esa persona es la
que te toca. Desde el camino del poder, siempre he tenido un poco de roña con los absolutos en un Universo vibracional en el que se establece
que todo cambia. Jesús y María Magdalena fueron Llamas Gemelas, por eso, él se
personificó ante ella primero que a nadie, excepto que a los que quisieron
obviar la historia, se les escapó borrar ese pequeño detalle. Su historia es
muy larga para contarla aquí, pero la verdad del caso es que nuestra Llama es
esa energía que catapulta nuestra alma al cumplimiento de la misión y también
la complementa. Así las cosas, mi Llama hizo todo lo que tenía que hacer para
catapultar mi alma, pero mi ser anhelaba a un compañero y cansada de esperarlo,
decidí activar el mí el poder de transmutación y decidí devolver esa Energía a
la Fuente y que fuese colocada en alguien que genuinamente sintiera una
conexión genuina con su ser creador y, más que nada, con el amor.
Pensé que la prueba de fuego era saber que mi “antigua
Llama” se había casado, pues eso no me lo habían contado los Guías. Lo manejé
con gran aplomo, aparte de que era como la confirmación de que mi experimento
de separar mi Llama de aquel individuo había funcionado. Aún así, fueron años de sostenerle en el amor de mi Energía y de recibir de él también su
amor. Creo que he aprendido un poco de
eso del amor, porque le felicité, le envié un regalo de bodas, lo solté y lo
dejé ir. Sin embargo, en la madrugada de ese encuentro en el que me dio la
noticia, mi cuerpo convulsaba y no podía sentir paz: esa fue la noche. Activé
mi poder para pedir que el Avatar Jesús entrara en mí… Hasta este momento
histórico en mi vida, Jesús siempre había estado fuera de mí. Mi “ex Llama” cumplió cabalmente su cometido:
unificarme más a la Divinidad. Había llegado el tiempo de partir.
Capítulo VII – La última
cena – Vortex Protégé
Las Protégé son un poderoso colectivo de mujeres comprometidas, al igual que yo,
con ayudar a otros. Nuestro primer taller,
también en la Cuaresma fue un poderoso encuentro, matizado por varios
obstáculos, que son normales, porque cuando la Luz va a brillar la oscuridad se
revuelca, además, nos levantamos para erradicar las sombras y eso a las sombras
no les cayó muy bien. En la noche antes a la Crucifixión, nos reunimos en un
alto aposento de mi casa para llevar a cabo el ritual de comer el pan, beber el
vino y decidir si genuinamente, cada una entendía que este era su camino. Era
una prueba de voluntad orquestrada por los Guías sin yo saberlo: dirigir
aquella reunión desde el amor, la comprensión y la compasión fue una de las
pruebas más contundentes de la Cuaresma. Renovamos la intención de ser Luz para
el mundo y el amor volvió a triunfar. Cristo encabezaba la mesa y nosotras, su
equipo, prestas hacia lo próximo: LA RENDICIÓN ANTE EL AMOR. El libro se
publica en octubre. No había un Judas en las mesa; ya Judas se había ido.
Capítulo VIII – La Crucifixión
Y luego de haber peregrinado 40 días de la mano
del Maestro y haber enfrentado dudas, demonios, mercaderes y bodas, entendí que
la Crucifixión era dejar ir al hombre que amo, por amor a mi encomienda, así
como Jesús dejó a su Llama Gemela, María Magdalena, por cumplir su misión y
porque en este momento no nos es posible estar juntos. Lo he llorado todos los
días, como Cristo en el Getsemaní lloró… El sacrificio por Amor es la mayor
prueba, de que en efecto, lo que estamos sintiendo es AMOR VERDADERO. El alma
sabe… es solo cosa de sentir y escuchar…
Capítulo IX – La Ascención
– El Amor en la Nueva Tierra
Y aconteció que cuando fueron de mañana a
buscar al Maestro la piedra estaba removida y el sepulcro vacío; ya su ser no
pertenecía a este mundo, aún cuando permanecía en él. Soltar la vida misma por
cumplir la misión es la muerte del Ego. No sé si ya estoy ahí, pero si les
cuento que en un encuentro con ángeles que lideré recientemente, al final de la
reunión el Maestro Jesús ofreció su bendición a través de mí. Sé que narrar
esto puede poner a riesgo mi vida; pues claro que lo sé. Pero la tumba está
vacía; ya no quedan miedos aquí. Siempre he sabido que seguir a Jesús como mi
Maestro de empoderamiento presupone mi “muerte”. Sin embargo, morir al Ego para
resucitar diariamente a una mayor y mejor concepción del Amor debe ser la
sagrada encomienda de cualquiera que diga saber amar. El próximo año entraré nuevamente en el desierto; me sospecho que para entonces,
todos los demonios serán ya mis amigos… Nada puede resistirse ante el Amor. Ahora
me toca ir por todo el mundo y dejarle saber a las personas que no es necesario
sufrir para vivir en el poder; solo es necesario creer. El Amor que somos nos
sostiene, guía y vivifica.
¡Feliz, feliz ASCENCION!