Hace
un tiempo vi una película muy interesante sobre la vida del autor del libro Conversaciones
con Dios, el escritor Estadounidense
Neale Donald Walsch. En la película se
presenta su vida previa a convertirse en un escritor de renombre internacional. Walsch había perdido su empleo, su casa y
llegó al punto de vivir con deambulantes en un parque de su ciudad. Poco a poco, comenzó su transformación, ya
que continuamente, en su soledad hablaba con Dios. Walsch recibió el don de clariaudiencia, y
al igual que Juana de Arco, comenzó a escuchar una voz. El identificó esta voz como Dios. Comenzó a redactar estas conversaciones hasta
que sus escritos fueron publicados y este libro se convirtió en uno de los
libros de mayor venta en el mundo.
En
una de estas conversaciones, Walsch le presenta a Dios un dilema que está
viviendo y la respuesta de Dios es simple: ¿Qué haría el Amor? Ante las situaciones que enfrentamos a
menudo en nuestra vida, es importante tener guías positivas para poder resolver
en bien las situaciones de reto que se nos presentan. Por lo regular, cuando las emociones tienen
el control de nuestro pensamiento la pregunta es ¿Qué haría el Ego? ¡Ahhh!!
Pues el Ego se da un banquete culpando continuamente a los demás y nunca
aceptando responsabilidad propia. Al
Ego le place hacerse la víctima para que le cojan pena. Se llena la boca con insultos, chismes y comentarios
hirientes que provocan e invitan al conflicto, en vez de buscar alternativas
para sanar. En fin, el Ego se encarga de
perpetuar la cultura del odio, la intolerancia y el yo, en un intento falso de “defenderse” de
una amenaza que no existe pues todo conflicto se reduce a tu situación de
insatisfacción contigo mismo.
Es
por esto que para resolver cualquier situación desde el Amor, primero tenemos
que serlo. Ser amorosos y generosos con
nuestros cuerpos y la forma en que lo cuidamos; con nuestros pensamientos y la
forma en que expresamos aprecio hacia nosotros mismos. Es vital ser amorosos en nuestra relación propia para entonces poder extender la cortesía del amor a los demás abriendo
una puerta, cediendo el paso, escuchando y respondiendo en vez de reaccionar y
buscando siempre hacer el bien a otros antes que buscar nuestro propio
bienestar. “¿Qué haría el Amor?” Esta es una buena pregunta guía para contestar
cualquier dilema, afrenta, conflicto y reto con los que a diario debemos vivir. “¿Qué haría
el Amor?” es la pregunta que nos
invita a frenar el impulso y tomar una respiración profunda para llevar las
emociones al auto control. “¿Qué haría el Amor?” es una buena frase para pegar en la nevera,
ponerla en la pantalla de la computadora o escribirla en una tarjetita para
iniciar una conversación sanadora con un ser amado. “¿Qué haría
el Amor?” no es otra cosa que la
versión humana de la pregunta: ¿Qué haría
Dios? La invitación es a responder
desde el Amor para generar bienestar total en nuestras vidas, no importando el
reto que se nos presente. Verás cuanto amor recibirás inmediatamente de vuelta. Bendiciones y
Paz.