Cuando el terror nos toca a la
puerta, es cuando recordamos la gran maravilla que significa vivir en Paz. Una de las Leyes Universales, la Ley de
Polaridad, establece que en este plano vivimos experimentando polos opuestos.
Estos polos representan los extremos de un mismo concepto. Por ejemplo, frío y
calor son los extremos de eso que conocemos como temperatura. Se me antoja
deducir, para propósitos de este escrito, que terror y amor son los dos polos
de las emociones humanas.
Decía el sabio Jedi y maestro
Yoda: “Fear leads to anger, anger leads
to hatred.” El miedo nos lleva al
coraje, el coraje nos lleva al odio. La impotencia ante un enemigo “invisible”,
como lo son los ejércitos terroristas, lleva a un coraje enorme que, al no
poder ser transformado en venganza, nos lleva al odio. Ciertamente, hay
momentos de odiar. Como seres humanos debemos reconocer que hay ocasiones en las
que debemos darnos el permiso de sentir lo que sea que debamos sentir y hay que
reconocer que esa emoción está ahí. Cuando somos victimizados, maltratados,
atacados, ese odio es una energía que facilita nuestra capacidad de
supervivencia. Las palabras más sabias
entonces son “Don’t give in to fear”; no le entregues al miedo tu poder. Una
vez nos entregamos al miedo, el terror se expande desmedidamente. Precisamente,
lo que busca provocar un terrorista. Pero la pregunta es: ¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo
podemos mantenernos en “control” ante el embate del miedo que se ha convertido
en puro odio? Volvamos por un momento a Francia y a la mirada desde las Leyes
Universales.
En enero de este año, las
oficinas de la revista Charlie Hebdo, una publicación satírica de izquierda fundada
en el 1992 que se burla de todos por igual, fueron atacadas como respuesta a las continuas
sátiras en contra del líder espiritual Mahoma. La prensa internacional corrió a
defender la libertad de expresión, sin comprender que cuando practicamos, predicamos
o esparcimos el odio, el odio nos regresa por acción de la Ley de Causa y
Efecto o a través de la acción de la Ley de Atracción. Así los ataque recientes
en Paris estén relacionados a estos hechos o no, lo cierto es, que la paz
requiere trabajo. Si Charlie Hebdo satiriza la muerte de un niño exiliado sirio
en una playa con un anuncio de Mc Donald’s al fondo, entonces estamos diciendo
que la muerte de los niños es un chiste. Si muchas personas se ríen ante esto,
entonces significa que nos gusta ver gente morir. El problema es que el
Universo no entiende chistes; entiende vibración. Si las personas miran una sátira
y la aprueban y la disfrutan, el Universo se expande y a su vez envía más de lo
que las personas están mirando y disfrutando. El resultado será más personas
muertas.
Cuando miramos el panorama
completo debemos preguntarnos: ¿Quiénes realmente son los terroristas? Pues
concluyo que no es Charlie Hebdo, ni los musulmanes terroristas, ni los
cristianos fanáticos, en fin, estos seres son el resultado de lo que nosotros
hemos manifestado como colectivo cuando usamos el arte, las ciencias y en
general, nuestros talentos y sabiduría para alejarnos del amor. Si a Charlie
Hebdo no le compraran sus revistas no existiría; pero si le han aplaudido su
libertad de expresión y su continua burla a las creencias, filosofías, e
incluso, al dolor de otros, pues habrá más de eso.
Cuando vemos la paz ser alterada,
atacamos a los atacantes, pero el camino de la paz es mirar y reflexionar: ¿CÓMO
YO SOY PARTE DE ESTO? ¿Cómo aplaudo los ataques a otros? ¿Cómo me burlo del
dolor ajeno? Todos somos solidarios con el dolor pero lo importante no es ser
solidarios con quienes ahora sufren; es como hemos estado siendo solidarios con
el terror porque en nuestras acciones diarias, hemos estado consciente o inconscientemente,
atacando a otros o no hemos sido quienes para defender a quienes realmente lo
necesitan.
Para vivir en un mundo de Paz,
hay que mirar lo que hacemos a diario. Si leemos la publicación satírica,
decimos si al odio. Si todas las series de televisión que miramos y el cine que
vemos son de violencia, el Universo responde enviándonos más. Si en vez de
agradecer estamos todo el tiempo atacando a otros con nuestras palabras, eso es
también terrorismo. Si alguien escoge defender su causa afectando a terceros
inocentes con sus protestas o ataques, no espere que sus causas se resuelvan en
bien, porque lo que sembremos será lo que recogeremos. Vivimos tiempos
difíciles. Hay mucha oscuridad rampante en este planeta, pero también hay gran
luz. Cada quien debe decidir con que se alinea. En fin, si nos enfocamos en el
amor y la paz, eso toma velocidad y se expande. En una reflexión anterior
compartí que de los más de cien países que hay en el Mundo, menos de diez están
en guerra. Esto significa que vivimos en
un Mundo de paz, sin embargo, aún hay mucho camino por recorrer.
Todos somos paz y todos somos terror.
Como dice el proverbio Cherokee:
los dos lobos los llevamos dentro. ¿Cuál ganará?
EL QUE TU ALIMENTES.