viernes, 29 de enero de 2016

DEJAD QUE LOS MUERTOS...

“Dejad que los muertos entierren a sus muertos”, sentenció el maestro Jesús, el Cristo, cuando un hombre le pidió tiempo para enterrar a su familiar antes de seguirle. A simple vista podría parecernos fuerte, insensible y hasta cruel. Echémosle una mirada al tema de la muerte, porque en el 2016 habrá que ver si queremos poner la mirada en los muertos o en el Maestro.

A veces mis guías buscan formas creativas de comunicarse. A finales del año 2015, fui a la farmacia a comprar mi diario. Tengo por costumbre anotar mis sueños, ideas y situaciones importantes en una libreta que siempre está al lado de mi cama. Encontré esta bella libreta blanca, con flores, las palabras “Peace”, “Love” y con diseños de paz y calaveras. Quedé atónita cuando me dí cuenta y pensé: “¿¡A quién se le ocurre meter la muerte en medio de algo tan bonito!?” Solté la libreta y me fui. Ya al cerrar el año, necesitaba mi libreta pues quería comenzar el año 2016 con un nuevo diario. Volví a la misma farmacia y allí estaba fielmente mi libretita esperándome.

Respiré profundo y no me quedó otro remedio que preguntarme, en medio del pasillo de la farmacia, cuál era mi “issue” con la muerte. Después de todo, estaba de colores y muy bonita. Encaré el asunto invocando a mi guerrera interior. Mi voz “samurái” me recordó que los guerreros vivimos en paz con la muerte porque escogemos pensar en ella como una aliada. Para el “samurái” morir con honor es un reconocimiento por una vida digna y bien lograda.  Me reafirmé en que nada ni nadie, incluso la muerte, tiene poder sobre mí y salí feliz por la puerta con la libreta en mano. Sí, el año 2016 va a ser una año en el que muchas almas van a escoger irse; pues yo he escogido quedarme.

Mucho del miedo a la muerte, viene precisamente de nuestro desempoderamiento. Al sentirnos a la merced del mundo y sus circunstancias, estamos siendo vulnerables y la vulnerabilidad nos lleva al miedo y al dolor. ¿Cómo entonces vivimos en la certeza de la vida? Pues sencillo, dejamos que los muertos entierren a sus muertos y el resto seguimos al Maestro. Por supuesto, esto no es una enseñanza literal, es simbólica. Debemos enterrar a nuestros muertos, lo que no podemos hacer es enterrarnos junto a ellos y dejar de vivir.

Conozco a una mujer que en cierta ocasión invité a que fuera conmigo a un templo de Unity. Ella gustosa aceptó. Resulta que ese día el mensaje era sobre la muerte. La reverenda, consciente de la importancia de sanar este temor, dedicó el mensaje a este tema. La amiga salió espantada del lugar. Creo que hasta mencionó el hecho de que no podía creer que se hablara de eso en una iglesia, sin embargo, ese mensaje era precisamente para ella. Tiempo después su madre falleció. Ella había sido muy diligente en cuidarla y darle calidad de vida hacia las postrimerías de su vida. Luego del fallecimiento, cada vez que la veía la mujer hablaba de lo mismo: “mami se murió”. La depresión de la pérdida se convirtió en su vida y ella murió junto con su madre. El miedo nos mata mucho más rápido que la muerte. ¿Cómo podemos entonces reenmarcar la este aspecto tan natural de la vida de los seres humanos?

“Dejad que los muertos entierren a sus muertos”. El amor nunca deja de ser, sin embargo, el vivir en constante dolor por una pérdida significa que te has alejado de la fuente Divina, la fuente de la Gracia y de la Vida y solo estás mirando al mundo. Hay que elevar la vibración dando gracias por la vida y dejar el drama de la muerte con los muertos. Colectivamente hemos hecho de la muerte un dramón; pues hay que bajarle al dramón. Me funciona muy bien reconocer que este no es el mundo de la felicidad plena ya que la vida, influenciada por la Ley del Ritmo tiene sus altas y bajas. Mis seres amados ahora disfrutan de la luz y la paz eterna. Está muy bien llorarlos. Quienes no paran de llorar es porque su alma recuerda que quieren estar allá y no le toca todavía. Pues en lo que nos toca, podemos cocrear aquí un paraíso con nuestra vida, con acciones positivas y el cumplimiento de nuestra misión. Este es mi reenmarque de la muerte, lo comparto desde el amor.


Hoy celebro la vida de quienes han escogido irse, y de los muchos, como ya se habrán dado cuenta, que escogerán irse este año. Hoy voy a abrazar más de cerca a los míos y bajarle la velocidad a la vida para disfrutármelos más. Hoy voy a ser responsable de seguir redefiniendo la muerte hasta que ya no tenga poder alguno sobre mí, y yo pueda estar en paz. Hoy voy a abrazar y consolar a en el Espiritu a quienes hayan perdido a sus hijos, padres, amigos, parejas y luego seguiré al lado del Maestro enfocada en la vida. Hoy, definitivamente, es un día lleno de vida. A la muerte le toca celebrarse a si misma.   


4 comentarios:

  1. Muy bueno. Cierto y claro. Gracias!!!!

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    1. Gracias mil por el apoyo; fuertes retos se sanan desde el amor. Bendiciones. D

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  2. Muy bueno. Cierto y claro. Gracias!!!!

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  3. Gracias por compartir...siempre son buenos los recordatorios amistosos :)

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