martes, 14 de agosto de 2012

TODAS LAS RELACIONES NECESITAN VACACIONES

Ciertamente, más que una reflexión desde el vórtice, esto debería ser un postulado de vida: TODAS, ABSOLUTAMENTE TODAS LAS RELACIONES NECESITAN VACACIONES.  Aún aquéllas relaciones divinas que mantienen su armonía continua y resuelven rápidamente los desacuerdos, necesitan pausas.   Nuestro planeta modela la pausa durante el tiempo de la noche y durante el solsticio de invierno.  Los seres humanos deben reconocer que es saludable desapegarse de todos y sacar tiempo para uno mismo. 
Sin embargo, cuando hablo de vacaciones no hablo de un baño de espuma a puerta cerrada o de un día de playa o de spa.  ¡Hablo de maleta, carro, barco o avión y un “nos vemos”!    Las relaciones, como todo, necesitan mantenimiento; pero para eso, uno tiene que dárselo primero.  Las personas que no han entendido la importancia de las vacaciones en sus relaciones le tienen otro nombre: crisis.   Crisis no es otra cosa que la pausa obligada; el malestar en su máxima expresión pidiendo atención;  tu Ser Superior gritando: ¡PARA!   ¿Qué necesidad tenemos de llegar a esto?  ¿Por qué nos aterra tanto la idea de la separación?  Propongo las siguientes respuestas:   1) No puedo estar solo/sola.    2) No confío en las personas en mi vida.  3) Ups! Todas las anteriores.
Si nunca te has dado la oportunidad voluntaria (muchas personas aprovechan viajes de trabajo para vacacionar de la familia o pareja) de sacar tiempo de calidad para ti, evalúa las alternativas propuestas.   Si el reto es que no puedes estar solo contigo mismo/a, podría ser que no has desarrollado tu creatividad como un medio de comunicarte contigo.  El establecer un diálogo saludable con tu propio ser podría convertirse en tu compañía.  Algunas alternativas creativas para canalizarlo podrían ser escribir, pintar o dibujar o practicar algún deporte como senderismo.    Por otro lado, si no confías en las personas en tu vida, por lo tanto no las puedes soltar, esto refleja tu desconfianza, no en ellos, en ti mismo.  Entre parejas, esta suele ser la causa primordial para que nunca se cojan vacaciones antes de una crisis.  Ante la mera sugerencia de tomar espacio, inmediatamente reaccionamos: “¡Esto es porque está con alguien!”   La confianza es fundamental en todas las relaciones.  Si no confías lo suficiente en tu pareja como para estimularla a que tome tiempo para sí, hay que hablarlo.   Evalúa sinceramente; si la inseguridad es demasiado grande, es recomendable buscar ayuda profesional. 

Saca tiempo para ti.  Comienza ahora mismo a hacer un plan para tus vacaciones personales y   compártelelo con las personas en tu vida.  Hazte responsable de tu bienestar, ya que luego los tuyos se beneficiarán de tu pausa.  Estimula a tus seres amados para que hagan lo mismo.   Solo cuando soltamos el “agarre” que tenemos de las personas en nuestras relaciones, la luz entra.  Cuando la luz entra todo es mejor y no nos hace falta la “crisis” para recordar que el amor deja libre lo que ama.  Si las vacaciones se sienten demasiado bien y no quisieras regresar, entonces hay que comenzar a contemplar nuevos acuerdos.  Bendiciones con sabor a vacaciones...

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